Júlia Reig – LinkedIn
El antropólogo Peter Aaby se encontraba en Guinea Bissau cuando en 1979 hubo una gran epidemia de sarampión. Esta epidemia se tomó la vida del 21% de los niños que la contrajeron, una tasa de mortalidad muy superior a la que estábamos acostumbrados en ese momento en Europa. En su momento, se dijo que la razón de tal elevada tasa de mortalidad era la malnutrición entre la población.
Peter Aaby, que precisamente estaba en el país como parte de un proyecto relacionado con la malnutrición infantil, vio enseguida que no había ninguna correlación entre la malnutrición y los patrones de mortalidad. La epidemia había afectado igual a niños con problemas de malnutrición como a otros que no los tenían.
Si la malnutrición no era pues la causa, ¿por qué habían muerto tantos niños en Guinea Bissau en esa epidemia de sarampión?
Un patrón empieza a aparecer
Como parte de su trabajo en Guinea Bissau, Peter Aaby estaba en contacto continuo con una gran cantidad de familias en el país. Fue a partir de ello que empezó a vislumbrar que existía un patrón en la pandemia del sarampión.
El primer caso de contagio en una familia, que se conoce como caso índice, no acostumbraba a ser seriamente grave. Sin embargo, los hermanos, al ser contagiados, presentaban casos más serios y, a menudo, mortales.
Peter Aaby observó que el caso índice, que debía haberse contagiado en la calle o la escuela, llevaba el virus consigo a casa. Aunque para el caso índice la enfermedad no era grave, sí que lo era para sus hermanos. En casa, los niños, que acostumbraban a dormir juntos en la misma cama, corrían un riesgo más elevado de contraer el virus. La tasa de mortalidad era de hecho entre 3 y 4 veces más alta entre los llamados casos secundarios, es decir, los niños que se habían contagiado en casa.
Todo parecía indicar que la gravedad de la enfermedad dependía de la “dosis” de virus a la que uno había sido expuesto en su primer encuentro.
La comunidad médica le da la espalda
El antropólogo publicó sus resultados en una revista de medicina, donde enseguida fue rechazado por la comunidad médica. Su teoría iba en contra de la lógica médica según la cual, cuando un virus entra en el cuerpo humano, se reproduce millones de veces en nuestras células.
Para la comunidad médica parecía irracional que la dosis original de exposición al virus pudiera afectar los niveles de gravedad de la enfermedad – al fin y al cabo, ¡todo individuo acababa teniendo millones de partículas víricas en el cuerpo nada más contagiarse!
La investigación sigue
Después del rechazo de su teoría, Peter Aaby siguió trabajando para intentar dar una explicación social al fenómeno que había observado. Se volcó en recolecciones históricas de epidemias de sarampión en diferentes países e hizo seguimientos de epidemias contemporáneas, también de polio y varicela. En todos los casos, pudo establecer una correlación entre el contagio fuera de casa (en la guardería o la calle) y una tasa de mortalidad menor.
También vio que, en Dinamarca, la tasa de mortalidad infantil por sarampión había caído a lo largo del siglo XX, y que no era únicamente gracias a la introducción de los antibióticos. Quizás había una razón social allí también, y es que a lo largo de ese siglo se empezó a masificar el uso de guarderías.
Poco a poco, Peter Aaby fue refinando su teoría y vio que el tiempo de contacto con el virus en el momento del contagio era un factor determinante de la gravedad de la enfermedad. Como más breve el contacto original, menos grave era la enfermedad. Un contagio más intensivo con el virus podía conllevar períodos de incubación más cortos, lo que significaba que el sistema inmunitario tenía menos tiempo para reaccionar.
De la controversia al reconocimiento
Con el tiempo, la teoría de Aaby fue ganando adeptos. En el año 2000 el antropólogo ganó un prestigioso premio de la fundación danesa Novo Nordisk que se reserva a la comunidad médica, rompiendo así con la tradición de premiados.
El trabajo de Peter Aaby nos demuestra la importancia de la antropología y de la observación social en el campo de la medicina. Hasta en un mundo donde todo se considera biológico como el de la medicina, Aaby demostró que lo social puede tomar un rol clave y ayudar a neutralizar epidemias.
¿Y qué nos dice el trabajo de Peter Aaby sobre la situación actual?
Referencias
Brix, Lise (Marzo 2020): «Dansker løste mysterium om dødelig mæslinge-epidemi: Kan hans teori bruges til at afhjælpe coronasmitte?»
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